Estamos cada vez más acostumbrados a recurrir a las tecnologías en nuestra vida diaria, casi para cualquier cosa. Internet, el móvil, la televisión o los videojuegos son una herramienta de información y comunicación muchas veces adictivas, como consecuencia de la presencia masiva. Hay quien sin el móvil se agobia y lo pasa realmente mal, quien utiliza internet a diario sin límite de horas o quién se queda completamente enganchado a los videojuegos. Esto puede enfriar las relaciones familiares y sociales, ya que cada uno se centra en su aparato electrónico.
INTERNET: las alarmas saltan cuando la prioridad es el mundo virtual frente a la realidad, cuando disminuye el tiempo dedicado a otras tareas o cuando se encuentra placer en el simple hecho de conectarse aunque no se necesite. Es además importante ser consciente de que se pueden crear identidades falsas.
MÓVIL: es preocupante que se convierta en una necesidad. Tener el móvil cerca, sin excepción, mandar mensajes o hablar con mucha frecuencia o estar nervioso o alterado sin él son síntomas de absoluta dependencia.
VIDEOJUEGOS: el problema surge cuando el videojuego se antepone a todo, la persona no sabe divertirse sin ellos o se prefiere el juego individual con la maquina antes que otros entretenimientos compartidos.
Todos deberíamos conocer las ventajas del uso de estas tecnologías y estar concienciados de los riesgos.
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